EL ÚLTIMO DÍA


 

En todos los rostros se derrama la euforia, la prisa y la resistencia. Ríos de gente, levantan banderas multicolores: amarillas con azul y rojo de Colombia, con el arcoíris de la diversidad de los pueblos y de las identidades, o azules con blanco del M-19. Sonríen al ritmo de la música, de los tambores, de las flautas. Los cantos y las danzas se hacen presentes a lo largo de la carrera Séptima, camino a la imponente Plaza de Bolívar. Allí estábamos, una brasileña que vive en Argentina, una mexicana radicada en Brasil, una colombiana que el destino nos había regalado y un brasileño que había venido desde Sao Paulo especialmente para presenciar el día histórico tan esperado por toda la gente.


Posters en la Casa de la Paz, Bogotá


Parecía que la ciudad no había parado de festejar desde el día de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 19 de junio del 2022.

Durante toda la semana las personas en las calles, en los bares, restaurantes, en los taxis, manifestaban su alegría por el cambio. En varias ocasiones repetían con orgullo y sin modestia: "hoy es el último martes, miércoles, jueves, viernes, ¡el último sábado de ese jo de puta de Duque en el poder!". El ex-presidente Iván Duque se iba finalmente, tras 4 años de mentiras y políticas violentas que reprodujeron, casi al pie de la letra, el mismo tipo de gobierno de otro de los peores presidentes de la historia de Colombia, Álvaro Uribe. Una vez más un presidente que deja un país roto por la violencia, el hambre y los conflictos armados en el campo y en las ciudades.

***

Me despertó la alarma de un celular al cual no estaba acostumbrada. Eran las siete de la mañana y habíamos quedado de estar lo más temprano posible en el centro de Bogotá.

Desayunamos huevos revueltos con pan de cúrcuma y aguacate. Un buen café expreso colombiano y la constatación de que había llegado el gran día de la toma de posesión de Francia y Petro, nos dejaron con la barriga y el corazón contentos.

En el camino hacia el centro, el chofer del taxi no se aguantó las ganas de manifestar su apoyo y su alegre esperanza por el cambio: "Yo voté por Petro y en mis largos años de vida nunca viví un momento como este, en donde realmente se siente que algo va a cambiar" nos decía. Gustavo Petro, es el primer presidente de izquierda electo por el pueblo en toda la historia de Colombia. Su trayectoria política está marcada por ideas progresistas y una participación activa en una guerrilla de cuño socialista en los años 80, el M-19. Sus propuestas y promesas principales comprenden un modelo económico basado en la producción agropecuaria y la reforma agraria, el cuidado del territorio y las energías renovables, la igualdad y participación política de las mujeres, el desmonte de la militarización y la reforma tributaria para cobrar más impuestos a las grandes fortunas.

Bajamos en la carrera Séptima frente al Museo Nacional. Por la avenida casi sin autos, las bicicletas y las familias paseaban como en un domingo cualquiera pero esta vez en una misma dirección: a la Plaza de Bolívar.

Una multitud de todas las edades, de las más diversas identidades, clases y grupos étnicos, hacen fila para poder entrar a la Plaza de Bolívar. Decidimos entrar por la Plaza de los Periodistas en donde hay uno de los muchos palcos culturales y telones, distribuidos por las calles del centro para que la gente pueda ver la ceremonia en las cercanías del edificio de la alcaldía La Casa de Nariño.


Fila para entrar a la plaza de Bolívar en la carrera Séptima, Bogotá.


Estas calles, a veces pintorescas, a veces grises, han visto morir asesinados a líderes políticos, candidatos a la presidencia y activistas por los derechos humanos. "Aquí mataron a Gaitán" nos dicen, y paramos frente al muro de la esquina de la carrera Séptima con la avenida Jiménez, lugar donde balearon a Jorge Eliécer Gaitán, líder del partido liberal, en una tarde de abril de 1948 dando inicio al "Bogotazo", un período de violencia e inestabilidad política y social que se extendería por todo el país. Grupos armados, paramilitares, represión y asesinatos de líderes sociales, manifestaciones y guerrillas pasaron a ser noticia de todos los días.


Carrera Séptima con avenida Jiménez, Bogotá


El control de seguridad es impecable. De manera organizada nos piden que hagamos dos filas, una para mujeres y otra para hombres. El equipo de seguridad nos revisa las bolsas, nos palpan el cuerpo en busca de armas, pienso yo. Una vez dentro la emoción aumenta. Somos parte de la historia que se está escribiendo en este momento. Compartimos el mismo sol, el mismo aire, la misma tierra que la primera vicepresidenta electa Francia Márquez Mina, lideresa social, defensora de su gente y de su territorio ancestral. Su trayectoria política y los reconocimientos internacionales por su lucha en defensa de los derechos de las comunidades afrodescendientes y del medio ambiente, la hacen merecer orgullosamente el título de vicepresidenta de la hermana República de Colombia. Francia es la primera mujer negra en Latinoamérica que ocupa un lugar tan representativo e importante en sociedades como las nuestras, aún atravesadas por el patriarcado y el racismo estructural. 

El azul del cielo sobresale por encima de las nubes, el sol brilla a toda potencia y el viento cálido que baja de los cerros Monserrate y Guadalupe dejan una cierta ligereza en el ambiente. No hay miedo, solo una digna rabia y esperanza.


Plaza de los Periodistas, Bogotá
 
Al fondo, los cerros Monserrate y Guadalupe



En el palco, frente a la Casa de Nariño están Francia y Petro rodeados de representantes de la política de otras naciones vecinas. Mientras escuchamos sus nombres, la multitud los aprueba o reprueba con gritos y abucheos. Pero la alegría reina cuando aparece ella, toda elegante, con sus vestidos coloridos confeccionados por manos de mujeres de su territorio, con sus aretes grandes en forma del mapa de Colombia. No podemos dejar de sonreír ante la multitud que aplaude y grita su nombre como esperando que ella los escuche.

Arte en postal distribuída en las calles por @bien_tesas


A un lado están también las y los invitados de honor, Arnulfo Muñoz un pescador artesanal, Kellyth Garcés una joven barrendera, un grupo de 29 jóvenes de los territorios afro del Chocó, Yénifer Gómez, una violinista, la familia Lodoño y la familia López, artesanos de arreglos floral es y productores de café, gente común y corriente, el pueblo que vino desde muy lejos, desde las profundidades de las selvas, con la fuerza del río Magdalena. Desde muy abajo vinieron para ejercer su derecho al voto, para recordarnos cuáles son las prioridades de este maltratado país.

 

Mientras escuchamos el discurso pienso y me pregunto una y otra vez, ¿de qué habla un pueblo cuando pide paz?, ¿de qué hablan las lágrimas de las madres cuando exigen justicia por sus hijos e hijas desaparecidos? ¿es realmente el último día de este largo periodo de oscuridad?

Este 7 de agosto del 2022, en las calles de Bogotá, el sentimiento de esperanza es tan genuino que la alegría de vivir este momento histórico se contagia y pienso que es posible vivir sabroso, en paz, con justicia y libertad.


 

  

 



Comentarios

  1. Muy buena descripción de ese día! Gracias por escribirla.

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  2. Que padre Clau que pudiste vivir esos momentos. Me encanta como escribes.

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  3. Hermoso texto, gracias por compartir ese día con tod@s los colombianos. Un abrazo grande

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